March 12, 2010 | LA VOZ | Articulo original

La batalla del Censo por convencer

Y antes de que eso suceda, la campaña del Censo ya ha empezado a implementar una estrategia local: acudir a los líderes comunitarios, incluidos los religiosos, para combatir el mito que existe entre algunos latinos de que participar puede ser arriesgado.

En juego están más y mejores servicios para las comunidades, mayor poder político para el estado de Texas y, para los hispanos, reconocimiento de su existencia en Estados Unidos.

Pero la desconfianza y el temor hacia el Censo, por cuestiones de inmigración, podría llevar a un nivel de abstención entre los hispanos que arriesgaría los beneficios que reportaría un recuento fiel.

“La gente es muy desconfiada. Ha oído tanto, que robos de identidad, que fraudes”, dice Alma Monsiváis, directora de Houston International University, un grupo sin fines de lucro que ofrece clases de inglés y ciudadanía.

“Y oigo muchas cosas entre los alumnos, como que ‘el censo es para que Inmigración sepa dónde estamos nosotros, los indocumentados, para echarnos para afuera'. Es información tergiversada...”, agrega Monsiváis.

A la pregunta de si tiene temor de inscribirse en el censo y por qué, un mexicano indocumentado que no quiere dar su nombre pero revela que hace ocho meses que vive en Houston, lo resume así: “Pues un poquito, porque si descubren que uno esta aquí, pues pueda uno tener complicaciones, después redadas, me imagino...”

Es por eso que el Censo ha acudido a los líderes y trabajadores comunitarios para que transmitan el mensaje de que el censo es seguro.

Uno de ellos es el reverendo episcopaliano Óscar Huerta, vicario de la Iglesia de San Pablo, quien cuenta que al hablar del censo tras la liturgia, “han venido varias personas conmigo y quieren asegurarse si escucharon bien y me hacen las preguntas típicas: ‘¿Podemos hacerlo con seguridad? ¿En verdad no van a usar los datos que vamos a proporcionar?' Y lo que respondemos es que nosotros tenemos confianza en las instituciones”.

Finanzas en juego

El dinero es una de las cuestiones de fondo para movilizar a una comunidad tan grande como la latina en Houston, un 43 por ciento de la población, según las últimas cifras de la Oficina del Censo.

Para la alcaldesa Annise Parker el censo es clave por los fondos federales que son devueltos a la ciudad.

“Texas envía más dinero a Washington (en impuestos) del que recibe. Por cada persona que no sea contada, el retorno de dólares federales puede verse afectado en unos 1,400 a 1,700 dólares anuales”, dice Parker, quien señala que la ciudad perdió más de 200 millones de dólares por un recuento incompleto en el censo de 2000.

Gabe Sánchez, director del Censo para Texas, Mississippi y Luisiana, lo resume así: “La gente piensa, ‘el gobierno viene a hacer preguntas... y va a querer saber esto y aquello... pero el cuestionario es muy simple, no pregunta nada de casos de inmigración, número de Seguro Social, si tienes licencia de manejar, si pagas impuestos”.

Si para el 15 de abril la gente no ha devuelto el cuestionario al Censo, empleados de éste irán al domicilio y tocarán la puerta para obtener las respuestas, dice Eduardo Guity, portavoz del Censo.

Hay otros factores importantes, como la propia representación de los latinos en la ciudad y en el país, explica Ángelo Falcón, del Comité Asesor Hispano del Censo.

“Es la manera en la que los latinos dejamos saber al resto del país que estamos aquí en gran número... eso nos convierte en votantes, en un poder económico, es a eso a lo que la gente (en el poder) presta atención”.

En Houston, grupos como la Asociación Nacional de Funcionarios Hispanos Electos (NALEO), que ha hecho exitosas campañas de ciudadanía y voto, se han unido a organizaciones como Neighborhoods Centers Inc. para concientizar a los latinos sobre la importancia del censo.

“Estamos tratando de movilizar a las organizaciones o líderes comunitarios para que abran sus puertas como centros de información y de asistencia”, incluso para ayudar a llenar cuestionarios, dice Claudia Ortega Hogue, directora de Participación Cívica de NALEO en Houston.

La comisionada Sylvia García, del Precinto Dos del Condado de Harris y también presidenta nacional de NALEO, lo resume con claridad. “Los números de la gente que es contada se quedan con nosotros durante 10 años”, asegura.

Margie Peña, encargada de desarrollo comunitario del Centro Cleveland Ripley de Neighborhood Centers, dice que desde hace seis meses ha invitado a personal del Censo a estar presente en los eventos del centro y que una vez que la gente entiende la importancia, accede.

Para Peña, la confianza es clave: “Es la vieja mentalidad de que si el compadre dice, ‘ve con el doctor', voy con el doctor, si alguien más lo dice, tal vez no vaya”.