March 11, 2010 | El Diario La Prensa | Articulo original

Sin contar, sin dinero

Barrios de Brooklyn reciben menos fondos federales por baja participación en Censo

Nueva York — Hace cinco meses, Manuel Zúñiga fue a un hospital en Bushwick, Brooklyn, por un dolor incesante en su mano derecha. El ecuatoriano había sufrido una herida grave en esa mano tres años antes –una sierra circular cortó sus tendones y hueso– dejándole un dedo deformado y el brazo casi sin movilidad, e inhabilitándolo para trabajar.

Zúñiga no encontró la ayuda que buscaba en el hospital más cercano a él, el Woodhull Hospital, en Bushwick.

“Estuve cerca de un mes haciendo vueltas allí”, recuerda Zuñiga. “Los doctores no me pudieron decir cuál era el problema y luego me mandaron a un terapista sin saberlo. Al final dijeron: ‘Aquí no te podemos atender. Si usted quiere, váyase a Manhattan’”, dice.

A pesar de que hay dos hospitales en Bushwick, no es inusual que residentes del área como Zúñiga tengan que viajar a otro vecindario para recibir el cuidado médico que necesitan.

El es la imagen de un problema más amplio que enfrenta este barrio del norte de Brooklyn, que tiene un gran población, mucha de ella hispana, pero carece de muchos servicios básicos.

Una de las causas es el bajo nivel de participación de los residentes de este área en el censo del 2000. El gobierno federal distribuye fondos cada año de acuerdo con la población. Si hay una baja participación en el censo, un vecindario puede sufrir recortes en su presupuesto para servicios y beneficios así como en su representación política en el Congreso.

En el 2000, Bushwick fue uno de los barrios hispanos peor contados en toda la ciudad: en el sur del vecindario, menos del 40% de la población envió el formulario del censo de vuelta a las oficinas de esta agencia. Brooklyn fue también el condado en el que menos residentes participaron, convirtiéndolo en uno de los condados más difíciles de contar de todo el país.

“Los servicios en Bushwick resultaron claramente afectados por el bajo conteo en el 2000”, asegura Nadine Whitted, gerente de la Junta Comunitaria 4, que representa los vecindarios de Bushwick y Ridgewood. “Cada vez que hay un conteo bajo no recibimos los servicios que todos necesitamos y todos los que estamos aquí estamos en peligro, seamos documentados o indocumentados, porque todos tenemos las mismas necesidades”, apunta Whitted, quien considera el miedo a la deportación la principal razón por la que los residentes se niegan a participar.

Además de los hospitales y otros centros médicos, otros servicios que dependen de fondos federales son las escuelas, las viviendas públicas, los cupones de alimentos, los servicios sanitarios y de transporte.

Escasean los servicios

Una prueba de cómo el conteo aparentemente perjudicó esta área es su escasez de servicios. Bushwick tiene aproximadamente el mismo número de servicios que otro distrito de Brooklyn que incluye los vecindarios de Park Slope, Carroll Gardens, Gowanus y Red Hook, según datos del Departamento de Planificación de la ciudad. En el 2007, los dos distritos tenían casi el mismo número de escuelas públicas y el mismo número de programas preescolares y extracurriculares. Si uno se basa en la población reportada en el Censo del 2000, tiene sentido: los dos distritos reportaron tener unos 104,000 residentes.

En la realidad, sin embargo, la población de Bushwick fue más de 128,000 en el 2008, según el American Community Survey, un sondeo nacional del Censo en los años cuando no hay una censada. De estos residentes, aproximadamente 87,000 eran hispanos. El distrito de Park Slope tenía una población de poco más de 113,000.

Este mal conteo es un problema para Bushwick, donde más de 51,000 personas dependían de la asistencia pública, más del triple que en el distrito de Park Slope.

No es coincidencia que los barrios más pobres tengan los peores servicios, sostiene Alvin Avilés, director de la oficina local del censo en Bushwick.

“El censo crea un ciclo. Precisamente porque hubo un bajo conteo en el 2000, necesitamos esta ayuda desesperadamente y más que nunca”, asegura. “Cuando hablo con la gente sobre la importancia del censo, les pregunto: ¿Cuánto tiempo tuvo que esperar usted en la sala de emergencia o donde el doctor? Intento subrayar que está directamente relacionado con los datos del censo”, agrega.

En Woodhull Hospital no quisieron comentar. Pero Rajiv Garg, el presidente del otro hospital en Brooklyn, Wykoff Medical Center, dice que el hospital está luchando para proveer servicios.

“Cuanto más gente llega que no puede pagar, más difícil se nos hace atenderlos. ¡Imagínate que se trata de una cena y un postre! El postre es lo que nos falta en esta comunidad. Los pacientes no están satisfechos”, afirma.

Los hospitales están sobrecargados por la falta de clínicas para gente sin seguro o indocumentada, explica Theo Oshiro, director de programas de Salud en la organización Se Hace Camino. Como resultado de ello, la gente recurre a los hospitales, donde tienen que aguantar largas esperas en la sala de emergencia –hasta siete y ocho horas– y plazos de hasta un mes para ver a un doctor.

La congresista Nydia Velázquez, que representa el área, comenta: “Los residentes de Bushwick fueron contados por lo bajo en el censo del 2000. Un conteo justo e igual asegurará que recibimos los recursos fundamentales para escuelas, cuidado médico, infraestructura y entrenamiento para empleos”.

Vito López, el asambleísta estatal del distrito, apunta: “Hubo un conteo bajo en todas las comunidades de minorías y latinas en el 2000 y perdimos fondos como resultado de ello”. “Si ese dinero hubiera llegado al distrito hubiera sido otro cuento... es imperativo que todos seamos contados para aumentar la cantidad de dinero que recibimos”, dice López. “Los hospitales tienen que recibir esos beneficios”, apunta.

En el conteo del censo del 2010 está claro que la salud de miles de personas está en juego en Bushwick.

“Tengo este problema en mi mano hace cinco meses”, se lamenta Zúñiga, el ecuatoriano que viaja hasta Manhattan para ir al doctor. “Después de cinco meses, me van a hacer el primer examen para saber lo qué está pasando. Tengo dolor todo el tiempo y no estoy tomando nada, ¿pero qué voy a hacer?”, asegura.

annie.correal@eldiariony.com

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