December 1, 2009 | LA VOZ | Articulo original

Censo 2010: trampolín político

Una oportunidad única para los latinos.

SILVIA STRUTHERS LA VOZ

Nov. 27, 2009, 3:17PM

Houston - Los latinos tuvieron una influencia evidente en la elección presidencial del año pasado. Ahora, en 2010, podrían cambiar el mapa político de Estados Unidos. La clave está en el censo.

Éste no sólo registrará con claridad cuánto ha crecido la población hispana en la última década: las cifras que arroje tendrán repercusiones políticas que aumentarían el potencial político de esa comunidad, en especial en Texas.

"Los hispanos tienen una gran oportunidad de mostrar su influencia en este proceso, asegurándose de que todos sean contados... seas indocumentado o no", dice Andrés Ramírez, vicepresidente de la organización política National Democratic Network (NDN, por sus siglas en inglés).

Ramírez se refiere a las consecuencias políticas del recuento. El censo, que el 1 de abril de cada decenio hace una suerte de radiografía de cuántos somos y dónde estamos, es la base para hacer un reordenamiento de los distritos políticos del país.

Los 435 escaños de la Cámara de Representantes son redistribuidos entre los 50 estados dependiendo de cuánto ha aumentado o disminuido su población en un proceso conocido en inglés como apportionment.

Y, dado que Texas ha vivido un "fenomenal" aumento de población, principalmente entre los latinos, el estado "va a ser el gran ganador de este censo, si es que es completo", indica Arturo Vargas, director ejecutivo de NALEO, la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados.

Vargas se refiere a la posibilidad de que el estado gane otros cuatro escaños en la Cámara de Representantes, más que cualquier otro estado del país, según un estudio sobre la influencia latina en el censo divulgado hace unos días por la organización America's Voice Education Fund (ver tabla).

La población de Texas creció a 24.3 millones en 2008, de 20.8 en 2000, y casi un 64 por ciento de ese crecimiento proviene de los latinos, según estimaciones de la Oficina del Censo.

Dos funciones clave

Según la investigación de America's Voice, no sólo habrá estados como Texas, Arizona y Georgia que deberán sus nuevos escaños a la expansión de la población latina sino que, al mismo tiempo, el número de electores hispanos ha crecido fuertemente en la última década, al igual que su participación en las urnas (ver tabla).

Eso significa, indica el estudio, que los políticos que ignoren o ataquen a los latinos podrían tener dificultades para ganar elecciones.

Al crecer la importancia de los latinos como población y como electores, "los políticos empezarán a calcular más eficiente y seriamente cómo impactarán sus políticas a la comunidad latina de sus distritos", afirma Ramírez.

Pero para que esto ocurra, los hispanos deben participar primero en el censo y, luego, votar.

Significado para Texas

"El poder político de Texas aumentará en general... pero es muy importante que la población que proviene de gran parte de ese crecimiento poblacional, la hispana, quede representada en Texas", dice Richard Murray, director del Centro de Política Pública de la Universidad de Houston.

A pesar de que los hispanos son más de un 40 por ciento de la población del área de Houston no hay un solo congresista latino para esta zona, puntualiza Murray: "El censo daría a los hispanos una buena oportunidad de elegir a un miembro del Congreso que los represente".

Para el politólogo, los nuevos distritos derivados del recuento serían creados en el área de Houston, en la zona de Dallas-Fortworth, en el corredor Austin - San Antonio y en El Valle.

Pero el censo también determina el rediseño de distritos estatales y locales.

En Texas, la Constitución del estado establece que tras cada censo, la Legislatura debe hacer una redistribución de distritos tanto para la Cámara de Representantes como para el Senado, con el propósito de que tengan un número de población equivalente.

Las ciudades también rediseñan sus distritos. En el caso de Houston incluso se crearían dos más: el J y el K, indica Margaret Wallace, coordinadora del programa de la ciudad para el censo.

Pero los reajustes de los mapas políticos son también fuente de tensiones.

En relación al Censo 2010, la batalla la libró el senador David Vitter de Luisiana, quien a través de una enmienda legislativa intentó sin éxito eliminar del recuento poblacional a los no ciudadanos: su estado perdería un escaño tras el censo.

Pero la Constitución, en su Enmienda 14, establece que el apportionment se haga según el número de personas, no de ciudadanos. Y la enmienda 14 se estableció en parte para repeler el Artículo primero de la Constitución, que contaba a los esclavos sólo como tres quintas partes de una persona.

"Políticamente podría ser una posición popular en Luisiana, que no tiene una población hispana sustancial, pero constitucionalmente no es un argumento creíble", explica Murray.

Steve Murdock, investigador de la Universidad de Rice y director de la Oficina del Censo en 2008, cree que la influencia de los latinos de Houston en el próximo censo será imparable.

"En 2000, el 42 por ciento de la población en el Condado de Harris era anglo y el 33 por ciento, hispana. Para 2008, el 36 por ciento era anglo y el 39 por ciento, hispana", señala Murdock.

La diversificación que hoy vemos en Texas, afirma, ocurrirá mañana en el país.: "En 2003, la población de Texas pasó a ser anglo en menos de la mitad. La Oficina del Censo proyecta que eso ocurrirá en Estados Unidos en 2042".

silvia.struthers@chron.com